miércoles, 15 de febrero de 2012

El amor de mi vida


Mi pelota de trapo y mi primer gol, mis amigos y mi primer amor. La historia cuenta que 111 años atrás un grupo amigos ellos por la pasión que despierta el fútbol se juntaron para crear lo que con el pasar de los años se convirtió en la alegría del Perú, en la fiesta del pueblo, en la mejor muestra del fútbol bien jugado. Hace 111 años el fútbol peruano tuvo una razón para sentirse importante.

Esta es la voz de un hincha que aprendió contigo Alianza Lima el significado del amor, yo no me hice hincha, yo nací blanquiazul y así crecí, así lo sentí toda mi vida, dice mi familia que fue por mi viejo, pero yo lo dudo, mi primer recuerdo es sin duda a tu lado, con tus gloriosas sedas puestas, jugándome pichanguitas con mis amigos en mi quinta de Santa Beatriz, asi como tu naciste, porque yo también crecí en Santa Beatriz y jugué con una pelota de trapo.

Crecí viendo los goles de Waldir, con la historia de 18 años sin títulos, con la fe de un pueblo por volver un día a la Victoria a verte campeonar, y así fue, recuerdo ese 8 de noviembre de 1997 viéndolo por televisión, emocionado con el sentir de toda una cALdera celebrando 5 goles, lágrimas en las tribunas y el compromiso de un pueblo por estar siempre a tu lado en buenas y malas, me marcó de por vida y no lo olvidé jamás.
Así pasaron los años, celebramos en el año del centenario celebramos un bicampeonato, y celebramos juntos hace 5 años y volveremos pronto a celebrar, y así demoremos en hacerlo seguiremos juntos, porque así aprendimos todos los que seguimos tu religión por eso gozamos esos años y vivimos hasta la última jugada de ese traicionero 2008.

Te quiero porque eres mucho más que un club de fútbol, eres la pasión más grande e indescriptible del mundo, eres la mezcla perfecta de gloria y fortaleza, me diste demasiadas alegrías y me enseñaste a hacerme más fuerte y amarte más en la adversidad, porque Alianza es alegría y tragedia, porque hasta para eso te eligió Dios. Todo se puede vencer menos la muerte dicen, pero tu Alianza Lima eres el único que pudo vencerla y tener los huevos de hacerte más fuerte y más grande de ello. Somos los únicos que podemos decir con autoridad que fuimos más grandes que nuestros problemas.

Me enseñaste que el fútbol no se juega como bestia escudándolo en “garra”, aprendí que para jugarlo hay que ser un artista, jugarlo como el gran maestro César Cueto, tener la inteligencia y efectividad de Cubillas, de Villanueva, la picardía y conchudez de Luis Escobar, la quimba de Farfán, la sabrosura de Waldir, la autoridad de Caico, el “Patrón” José Velázquez o Perico León y la devoción de Sandro.

Me enseñaste Alianza Lima a hacer eterno este compromiso, a ser hincha de verdad, a defender tus colores y llevarlos con orgullo hasta el último día de mi vida (porque el día que yo muera quiero que mi cajón sea azul y blanco como mi corazón), a hacer oídos sordos al cacareo insolente, ignorante e infundado, a saber que nuestra realidad la podemos hacer más grande, a ambicionar,  a no rendirme jamás, a recordar en cada momento difícil que si vencimos a la muerte todo es posible revertir. 

Gracias por darle una razón a mi pasión, porque si yo volviera a nacer eligiría al fútbol como mi pasión, al Perú como mi país y al Alianza Lima como mi equipo. Te amo 111 años y toda la vida. ¡ARRIBA ALIANZA CARAJO!

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