miércoles, 21 de septiembre de 2011

Ahi va tu comPADRE


El ultimo triunfo en clásicos fue el año pasado 0-1 con gol de Hurtado, y precisamente en el coloso de Ate.

Hablar de clásicos es hablar de Alianza, de la eterna rivalidad, de la previa con joda incluida que se prepara toda la semana antes del partido, es hablar de la fiesta más grande del fútbol peruano, donde los compadres paralizan al país con el fin de demostrarle a su gente quien es el dueño de la supremacía entre ambos, clásico es clásico señores y sea la circunstancia que sea jamás está permitido perder.

Tengo en la mente clásicos memorables, uno de los mejores aquel 4-2 del 2003, el día del golazo de volea del “Pato” Quinteros, y de la peculiar celebración del “Loco” Tagliani, que si no fuera por esa celebración y el gol al Olimpia en Paraguay, quizá no lo recordaríamos, Un personaje el “Loco”.

Otro clásico memorable, uno del 2004, el titulo dependía de ganar ese encuentro, la oportunidad que pocas veces se presenta de dar la vuelta en la cara del eterno rival, y así fue. Un cabezazo de Waldir Saenz, quien terminara con la ceja partida, y un penal atajado a Cigogna a manos de Leao Butrón nos regalaron el título del apertura 2004, que nos dió el boleto para disputar y ganar la final de ese mismo año ante Cristal. El equipo visitante terminó con 2 jugadores expulsados en los últimos minutos en su intento de boicotear la inminente vuelta que se venía.

Durante esos años “el compadre” jugaba de local en el antiguo Estadio Nacional, ante el veto recibido años atrás. El año 2008 es un año que pocos queremos recordar, sin embargo, quizás el único hecho rescatable de ese año fue volver a disputar el clásico en el MonumentAL de Ate, la dirigencia del eterno rival no escatimó en esfuerzos para que su equipo pueda jugar por fin de local, sin embargo el local  y protagonista fue nuestra querida blanquiazul aquella vez.

Luego de un penal de Candelo, se vendría una carrera por la zona lateral de Jeickson Reyes para culminarlo con un certero cabezazo de Gonzales-Vigil, que pondría el empate y luego una carrera corta del “Zorrito” Aguirre, previo pase de Quinteros, para quedar mano a mano con Fernández y liquidar el encuentro, un clásico de esos soñados quizá, 1-2, con volteada de marcador, en el estadio rival y en su reapertura para este tipo de encuentros.

Y es que eso son los clásicos señores, es pasión, es querer ganar siempre, es “sacarle cachita” al hincha del otro equipo luego de ganarlo, sea la circunstancia que sea, como dije al inicio, siempre valdrá ganarlo, el de este sábado tiene como siempre un sabor especial, estamos a pocos partidos de logar el objetivo para fin de año y necesitamos esa motivación, sigamos desmotando y alimentando nuestra historia, que nos recuerda que de 333 superclásicos tenemos 123 victorias y la mayor goleada en la historia (9-1), tenemos la misión de pintar una nueva historia de Azul y Blanco, porque local hay uno solo. ¡ARRIBA ALIANZA!


PD: Ahí va una prueba que el MonumentAL también es nuestra casa...





sábado, 10 de septiembre de 2011

Una Leyenda de "Pura Sangre"

La historia de Escobar con Alianza fue solo de 3 años, pero su legado permanece hasta el día de hoy.

A lo largo de nuestra vida vamos recogiendo historias, una más apasionante que otra, más alegre o más trágica. Una de ellas es la que un día escuche en medio de una conversa entre mi viejo y tíos, quizás influyo ser un día de principios de diciembre lo que hizo que hablaran de un moreno quimboso, pícaro, que tenía como especialidad anotarle al clásico rival, un “pura sangre” que usaba unas curiosas medias blancas sobre las azules oficiales. Ese tipo cuya historia hizo que me identificara aun más con mi Alianza, es la de Luis Antonio “El Potrillo” Escobar.

Recuerdo cuando decían, que hubiera sido de Alianza y del Perú si “El Potrillo” no hubiera partido tan pronto. Escobar es uno de esos pocos casos de jóvenes que jugaron por la selección absoluta a corta edad, de hecho su ascendente carrera se fue con él en el mar de Ventanilla a los 18 años, se quedó en el recuerdo su impresionante quimba y regateo por el verde de Matute, su habilidad en el juego aéreo, su decena de goles al compadre (los tuvo de hijos), su camiseta 19, su esquina. Luis era el típico muchachito humilde y pendenciero de juego exquisito que representa al Alianza, esa viveza que incluso hiciera poner en aprietos, luego de una huacha que le hiciera con Milton Cavero, al mismísimo y siempre respetado Patrón Velázquez.

Si la memoria no me falla un día como ayer hace 27 años fue su debut frente al Sporting Cristal, es por ello que al leerlo y recordarlo traje nuevamente a la memoria de todo blanquiazul su recuerdo. Lucho es un mito, una leyenda y joven promesa que nunca debemos olvidar. Su cuerpo no fue encontrado nunca, eso quizá hace más apasionante su historia, pero no opaca la habilidad que a los hinchas de aquel tiempo encandiló y que como dije, hace trasmitirle a las nuevas generaciones como la mía la historia del “Potrillo”, apelativo que heredaron todos los jóvenes forjados en la cantera  blanquiazul y que hoy llevo con orgullo en una cuenta de red social, porque como a muchos, a mi me marcó escuchar de Escobar, no en vano fue pieza clave también para una campaña publicitaria de la marca que nos viste.

Hablar de Escobar es recordar, es pensar en su truncado futuro, es querer agarrar una pelota de trapo y  ponerse a jugar, es querer oir la Letra de Polo Campos…desde Tumbes hasta Tacna, desde Pucallpa a la Gloria. Perdimos un gran jugador, ganamos una Leyenda. ¡SIEMPRE ESTARÁS PRESENTE POTRILLO!
PD: Queda para el deleite visual "El Show del Potrillo"