sábado, 10 de septiembre de 2011

Una Leyenda de "Pura Sangre"

La historia de Escobar con Alianza fue solo de 3 años, pero su legado permanece hasta el día de hoy.

A lo largo de nuestra vida vamos recogiendo historias, una más apasionante que otra, más alegre o más trágica. Una de ellas es la que un día escuche en medio de una conversa entre mi viejo y tíos, quizás influyo ser un día de principios de diciembre lo que hizo que hablaran de un moreno quimboso, pícaro, que tenía como especialidad anotarle al clásico rival, un “pura sangre” que usaba unas curiosas medias blancas sobre las azules oficiales. Ese tipo cuya historia hizo que me identificara aun más con mi Alianza, es la de Luis Antonio “El Potrillo” Escobar.

Recuerdo cuando decían, que hubiera sido de Alianza y del Perú si “El Potrillo” no hubiera partido tan pronto. Escobar es uno de esos pocos casos de jóvenes que jugaron por la selección absoluta a corta edad, de hecho su ascendente carrera se fue con él en el mar de Ventanilla a los 18 años, se quedó en el recuerdo su impresionante quimba y regateo por el verde de Matute, su habilidad en el juego aéreo, su decena de goles al compadre (los tuvo de hijos), su camiseta 19, su esquina. Luis era el típico muchachito humilde y pendenciero de juego exquisito que representa al Alianza, esa viveza que incluso hiciera poner en aprietos, luego de una huacha que le hiciera con Milton Cavero, al mismísimo y siempre respetado Patrón Velázquez.

Si la memoria no me falla un día como ayer hace 27 años fue su debut frente al Sporting Cristal, es por ello que al leerlo y recordarlo traje nuevamente a la memoria de todo blanquiazul su recuerdo. Lucho es un mito, una leyenda y joven promesa que nunca debemos olvidar. Su cuerpo no fue encontrado nunca, eso quizá hace más apasionante su historia, pero no opaca la habilidad que a los hinchas de aquel tiempo encandiló y que como dije, hace trasmitirle a las nuevas generaciones como la mía la historia del “Potrillo”, apelativo que heredaron todos los jóvenes forjados en la cantera  blanquiazul y que hoy llevo con orgullo en una cuenta de red social, porque como a muchos, a mi me marcó escuchar de Escobar, no en vano fue pieza clave también para una campaña publicitaria de la marca que nos viste.

Hablar de Escobar es recordar, es pensar en su truncado futuro, es querer agarrar una pelota de trapo y  ponerse a jugar, es querer oir la Letra de Polo Campos…desde Tumbes hasta Tacna, desde Pucallpa a la Gloria. Perdimos un gran jugador, ganamos una Leyenda. ¡SIEMPRE ESTARÁS PRESENTE POTRILLO!
PD: Queda para el deleite visual "El Show del Potrillo" 



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